Ante la reorganización de la cultura escrita que nuestro tiempo solicita, Roger Chartier observaba la radical oposición entre la potencialidad de las nuevas formas de escritura y las categorías que han venido definiendo el orden de los libros y de los discursos: propiedad intelectual, singularidad y originalidad de la creación e identidad particular reconocible en la obra. Además Chartier sintetizaba cómo en la actual sociedad de la comunicación no solo ha variado sustancialmente el sistema de producción y de difusión de la obra literaria, sino el propio estatuto de autor como generador de un producto, cuya potencialidad creativa y mercantil se ha visto incrementada y, paradójicamente, cuestionada y amenazada por las nuevas tecnologías. En esta obra se analizan estas cuestiones a través de las diversas contribuciones que componen el libro, abordando aspectos en torno a la figura del autor y su inserción en el entramado editorial, y en torno al ordenamiento jurídico que se adapta a las nuevas condiciones de la cultura contemporánea.