Compuesto por una sucesión de fragmentos que podría ser interminable, el libro, Ostinato, sin embargo, encuentra en el motivo del ostinato el modo de retener un sentido a pesar de carecer expresamente de fin. Hay que recordar que el basso ostinato es un procedimiento de composición usado a partir del Renacimiento, consistente en la repetición de una fórmula rítmica inmutable, siempre presente en las múltiples variaciones temáticas de una pieza musical. El ostinato es la única esperanza de que la dispersión de los fragmentos que componen una pieza no la convierta en una batahola inaudible. Con Ostinato, Louis-René des Forêts escribe una obra doblemente fragmentaria: fragmentos de escritura acerca también de fragmentos: de infancia, de literatura o de recuerdos, fragmentos de vida, fragmentos incluso de muerte (padre, madre, amigos, su propia hija, muerta ahogada en 1965 a los catorce años, cuyo fallecimiento, pudorosamente oculto, está presente en todo el libro como un motivo recurrente
), para convertirse finalmente en un auténtico fragmento de su propia muerte y del silencio tan afanosamente buscado detrás de todos las palabras empleadas. Una obra de la que no se sabe si admirar más su extraordinario dominio del lenguaje, su extremada belleza o su compromiso sin concesiones con el silencio y la voluntad de su autor de borrarse en lo que, propiamente hablando, es una autobiografía sin yo (escasamente un «él» rodeado de formas no personales del verbo), la busca de una lengua: «Aquí sólo hay figuras azarosas, maneras de huella, líneas fugitivas de vida, falsos reflejos y signos dudosos que la lengua en busca de un hogar inscribió como de contrabando y desde afuera sin mostrar su valor ni profundizar su fondo, tallando en el cuerpo oscurecido de la memoria la parte más elemental colores, olores, rumores, todo lo que respira al aire libre en la verdad de una fábula y teme las profundidades. »