Francis F. Coppola es, sin duda, una de las figuras básicas del cine contemporáneo. Dotado de una personalidad propensa al egocentrismo y de un insaciable afán de notoriedad que le ha llevado a convertirse en uno de los ejemplos del cineasta que lucha por su independencia dentro del sistema, es un símbolo de las pesadillas que pueden llegar a engendrar los sueños de celuloide.