En plena guerra del Imperio Romano contra los partos, el joven Flavio obtiene un puesto en las legiones como portaestandarte. Su padre desea alejarle así del cristianismo, religión incipiente a la que se ha convertido. De esta forma el muchacho tendrá que hacer frente a no pocos peligros, trabajará como espía del Imperio y, también, conocerá el verdadero amor.