La documentación estudiada permite desentrañar la telaraña jurídica que lleva a Miranda ser acusado por ese poderoso linaje de traidor y contrabandista, a pesar de la eficacia de su misión secreta en Jamaica y de sus éxitos y los de su protector, el capitán general de La Habana, Juan Manuel de Cagigal, en las conquistas de Pensacola y las Bahamas. Cagigal fue encarcelado y el caraqueño fue condenado a diez años de presidio y a la pérdida de su carrera militar. Tan solo una década después de la muerte de José de Gálvez, en 1799, una tardía sentencia los dejó libres y exonerados, pero ya era demasiado tarde.