Este libro cierra un ciclo: el de la obra de Fernando Sánchez Dragó sobre este país. Primero fue la España mágica: Gárgoris y Habidis. Llegó después la trágica con Muertes paralelas. Más tarde, Dragó retrató la España boba, la de la mala leche, la de la glorificación de la chapuza y la pérdida de valores con Y si habla mal de España
es español. Paralela a esa España corría la de la corrupción, las imposturas y la picaresca. Dragó escribió, a modo de thriller, la radiografía de un país delincuente en La canción de Roldán. Faltaba en ese ciclo una España, la de la épica, los héroes y el wéstern. Es la que galopa en Santiago Abascal. España vertebrada. Y ahora, por fin, llega la España a la que muchos se aferran: la de la guerra. Arderéis como en el 36 recoge una serie de textos en los que, de un modo u otro, el autor alude a la Guerra Civil y a la Memoria Histórica. El libro es, por fuerza, fruto de una opinión de primera mano. Dragó, huérfano de guerra, nació en el 36 y vivió la posguerra y el periodo franquista paso a paso. De principio a fin. Difícil será convencerle de que las cosas fueron distintas a como él las vio. Con un esclarecedor prefacio de Juan Eslava Galán, un brillante prólogo de Emma Nogueiro y un poético epílogo de Fernando Arrabal, este libro de un hijo póstumo de padre asesinado durante la Guerra Civil, sólo podía ver la luz en el 80 aniversario del inicio de la contienda.