Recuerdo la cantidad de escuelas donde el títere, la dramatización y el teatro tienen un lugar muy pequeño y en el gran número de maestras y maestros animosos, dispuestos a introducir una pizca de locura en las aulas que precisan un empujón para hacerlo. También a los grupos de jóvenes que necesitan recursos para dar rienda suelta a todo ese potencial creativo que tal vez lo tienen medio dormido.Y a los padres y madres que tienen muy presente la alimentación intelectual, espiritual y artística de sus hijos. A todos ellos va dirigido este libro.