Dos han sido los ámbitos en los que surgieron núcleos de civilización originaria en el Nuevo Mundo. Son ellos los de Mesoamérica y el área andina. El primero se consolidó a través de varios siglos en el centro y sur de lo que hoy es México y en regiones vecinas de la América Central. El segundo tuvo como escenario el sur de la actual Colombia hasta el norte de Chile y Argentina. Su área central de florecimiento se ubicó en tierras de Ecuador, Perú y Bolivia. En esos dos extensos ámbitos florecieron, en varias etapas, distintos pueblos a los que se deben grandes creaciones, entre ellas sus legados literarios. En Mesoamérica, lo mismo que en los pueblos andinos, sus cantos, poemas, oraciones, relatos, recordaciones, discursos... se conservaron en la memoria y se transmitieron por la tradición oral. Se disponía además de otros recursos de preservación que permitían transmitir composiciones y testimonios: caracteres glíficos en el caso de Mesoamérica; quipus (cordeles de diversos colores y nudos a lo largo de ellos) en el área andina. Este libro, obra del gran estudioso de las literaturas indígenas Miguel León-Portilla, analiza semejanzas y diferencias en las producciones literarias de estos dos pueblos, los géneros practicados en una y otra, todo con abundantes ejemplos del pensamiento, sabiduría y belleza de la palabra antigua de dos pueblos, cuyas creaciones se vinculan a las raíces más hondas en el ser de la América Nuestra.