Esta obra, supone una aportación imprescindible para el conocimiento del mural trecentista que representa a Nuestra Señora de la Antigua, y que alberga la Catedral de Sevilla en la capilla de su nombre, así como para la difusión de la pintura gótica andaluza en general, dando una detallada descripción de sus características técnicas, orígenes, datación cronológica y procesos de restauración, para concluir con la enorme difusión que la imagen ha tenido en el mundo, desde los casos de la Virgen de Rocamador y la Virgen del Coral, para terminar en las copias encontradas en los lugares tan recónditos, como Perú, Colombia, Mexico, China o Japón