Ludovico es un eterno aspirante a escritor, perdido en los meandros freakis de sus pensamientos. Nawal es una joven marroquí que ha emigrado a España para buscar trabajo y conseguir una nueva vida. Lo que hace coincidir ambas vidas es el hecho de vivir en la misma calle, la calle del Norte, destino irónico de unas personas que salen del sur africano anhelando el norte europeo y de otras que, sin moverse del norte europeo donde han nacido, se ven ahora inmersas en el recién llegado sur africano. La absurda mirada de Ludovico y el pragmatismo de Nawal sirven para enlazar las historias que, a modo de un puzzle, nos narra esta novela gráfica y para poner de manifiesto que el presente está siempre forjado de pasados ignorados.