Los tres primeros volúmenes de esta serie fueron recibidos con fervor por parte de nuestros lectores, la mayoría de los cuales habían estado esperando una edición comercial asequible desde que los primeros estuches aparecieran a un precio cercano a los mil euros. Estos libros de 440 páginas han sido alabados por la calidad de sus tapas duras, su elegante papel mate y sus impecables reproducciones: el homenaje perfecto a nuestro viejo verde favorito.Esta nueva entrega ha sido preparada con idéntico esmero. El título combina los volúmenes 7 y 8 del primer estuche (sí, es un poco confuso, lo sabemos) y abarca desde 1982 a 1989. Durante esos años, el artista estaba cómodamente instalado en la California rural, donde cuidaba de su pequeña hija Sophie, que aparece a lo largo de este tomo. Pero Crumb seguía siendo Crumb, y como dejó escrito en un dibujo sobre un árbol primososamente representado: A medida que envejezco me vuelvo más retorcido, enrevesado, depravado, cínico, amargado, egocéntrico, hastiado, degenerado, despiadado, avaricioso, engreído, ambiguo, rutinario, aburrido, despistado, prejuicioso, conservador, misántropo, nervioso.Para corroborar este autoanálisis flagelatorio, las páginas de este libro están llenas de las perversiones características de Crumb (en contextos campestres), mordaces comentarios sociales, implacables autorretratos, cubismo experimental y hermosos paisajes silvestres. Crumb alcanzó su punto máximo de dominio de la pluma Rapidograph con 40 años; ojalá hubiese elegido incluir su profética historieta sobre Donald Trump de 1989.