¿Cuál es la función real de las ciudades en una economía globalizada, que cuestiona su soberanía? Si realmente las nuevas tecnologías liberaron la producción del territorio, ¿qué estrategias deben emplear las ciudades para que perdure su presencia, cuando empresas, ciudadanos y visitantes pueden elegir libremente el espacio que desean utilizar? ¿Si éstos se convierten en clientes, tienen el mando? ¿Se puede cambiar de ciudad con un mínimo esfuerzo, buscando la más adecuada? ¿La globalización permite incorporar el concepto de zapping urbano como una nueva variable?Este libro muestra cómo las nuevas condiciones productivas inciden en la ciudad, cambiando su estructura interna y externa, y convierten en obsoletas muchas de las concepciones de gestión aún vigentes. Se traza un nuevo perfil de ciudad, que debe captar la atención de sus clientes. La ciudad ya no puede ejercer la función soberana de contención que la caracterizó en otros períodos históricos. Hoy las ciudades deben competir y, para ello, han de convertirse en objetos de deseo, igual que los productos.