El abrupto relieve, que a la mayoría de los visitantes fascina y sobre todo sorprende, liquida, casi de golpe, la línea horizontal; domina la roca y los grandes bosques, lo inadvertido en tantos giros del camino, el verde en todos sus matices, ofreciendo una vegetación espesa y laberíntica en la que los pueblos se tienden al abrigo de los farallones y canteros.