En las páginas de este libro el lector encontrará una novedosa aproximación al mundo indígena hispanoamericano y a la relación que los nativos han tenido con la Naturaleza que les rodeaba. Ese entorno natural lleno de actividad marcó sus vivencias cotidianas y sirvió de guía para la toma de decisiones en momentos críticos en los que hacían acto de presencia los terremotos, tsunamis o erupciones volcánicas. La comunicación de los indígenas con el medioambiente se desarrolló en el marco de una visión religiosa que utilizó intermediarios tales como los chamanes; a éstos se les reservaba la función de interpretar ante sus respectivas comunidades los deseos y peticiones de los espíritus o dioses que habitaban en montañas, cerros, cuevas u otros lugares de la geografía americana. La investigación profundiza en aspectos totalmente inéditos de la historia de los desastres naturales y analiza el papel que los indígenas han desempeñado en la defensa de sus tradiciones. En este contexto, la autora nos demuestra que la cosmogonía de los pueblos americanos vencidos se ha impuesto en parte a los vencedores, especialmente porque nunca abandonaron la esencia de sus costumbres ni sus creencias religiosas. Además, ofrece la particularidad de ser un estudio de larga duración, desde la época precolombina hasta finales del siglo xx, lo que permite detectar los cambios y permanencias en los comportamientos humanos Sin duda, la vigencia actual de algunos ritos ancestrales que se muestran en las páginas de esta publicación ofrece una gran lección de antropología histórica, pues con cada catástrofe que tiene lugar en tierras americanas se renuevan las raíces culturales y la continuidad de los viejos mitos cosmogónicos.