El Tour de Francia es algo más que deporte: es la carrera más grande del mundo, y como tal resulta obligatorio contarlo en tono épico. Se dice que el Tour es el Tour porque siempre es emoción, es tragedia, es heroísmo: en suma, el Tour es leyenda. Aquella edición de 1936, la 30ª, ya era así. Sudor, sufrimiento, esfuerzo hasta el límite de lo humano, piernas, desfallecimientos, gestas heroicas, estrategias, picaresca... Todo ello con el maillot amarillo como tótem sagrado. En 1936, aquellos bravos ciclistas que tenían escaso conocimiento del funcionamiento de su propio cuerpo, subidos en máquinas pesadas y rudimentarias, se disputaban la gloria bajo la lluvia o el sol ardiente en etapas extenuantes. Pero mientras se corría este Tour, en España tenían lugar los momentos más trágicos de su historia. Cinco ciclistas españoles acudían a correr la prueba luciendo en sus maillots los colores de la II República. Al acabar la carrera su patria estaba fatalmente partida en dos. Su futuro, como el de España, quedó truncado. Esta es su historia. El Tour de 1936 se publicó como serial durante el mes de julio de 2016 en el Diario de Cádiz, con motivo del 80º aniversario del comienzo de la Guerra Civil española.