Luego de imaginar las cartas y poemas que pudieron haber escrito Robert Schumann, Friedrich Hölderlin, Georg Trakl o Charles B. White, Francisco Hernández entrega esta fascinante colección de poemas que puede leerse como el diario secreto de Robinson Crusoe. Al registrar sus visiones, el autor descubre un archipiélago donde los fantasmas que pueblan el alma humana encarnan en fuerzas de la naturaleza y se vuelven faunas fabulosas, metáforas alucinantes y agrestes. No es raro que el lector se tope con un doble del autor, ni que sienta que le fueron dirigidos los extraños mensajes que aparecen en un montículo fantasmal. Llevado por su siempre certero humor negro, el poeta intuye un mapa huidizo, que conduce hacia las trampas gemelas de la memoria y el olvido.