Cada día, la Palabra del Señor llega a nuestro corazón y nos recuerda: Yo soy el pan de la vida (Jn 6,35). Las ideas cansan y nos dejan hambrientos y sedientos. El «Pan de la vida» alimenta lo más profundo de nuestras vidas. Siguiendo las huellas de Don Bosco que al final de la jornada ofrecía a sus jóvenes «una palabra al oído», «un buen pensamiento de buenas noches» para alimentar su corazón, la Pastoral Juvenil Salesiana ofrece este «Evangelio al día» como la mejor pedagogía de encuentro con el Señor resucitado por la fuerza del Espíritu.