Ha pasado un año y medio desde que surgió el primer brote del virus. Los zombis arrasaron con la Ciudad de México y sólo algunos sobrevivientes se empeñan en permanecer en una urbe que tiene ya muy poco que ofrecer. Sin servicios públicos y con las calles pobladas de muertos vivos se sostiene una absurda sociedad conformada por tribus extravagantes que pugnan por sobrevivir. Es en este escenario en el que, después de un prolongado coma, despierta el profesor de matemáticas Gustavo Tapia y se une a la batalla diaria al lado de personajes como Malasangre, una ex alumna suya, Roque Mancilla, un minusválido de ácido humor y Teo Urquiza, un calamitoso chico con la peor buena suerte del mundo. Todos ellos, compartiendo el mapa urbano con los Yolos, los Hermanos del Mundo y los Boinas negras, confirman que la Ciudad de México no es más que una bomba de tiempo a punto de estallar en mil pedazos.