Consensos sobre las funciones de la educación, que antes se consideraban indiscutibles, hoy distan de serlo. Algo parece moverse en el interior de los centros educativos que crea desasosiego, y éstos muestran cada vez más claramente la ambigüedad de sus funciones. Abundan los indicios de un creciente descontento y de un más evidente desencuentro en lo que los agentes sociales esperan de las instituciones escolares. Profesores, padres, estudiantes, administradores y demás colectivos "interesados" y relacionados con la educación proyectan sobre las escuelas exigentes expectativas que quizá éstas no puedan satisfacer. Una creciente tensión, tanto en la vida interna como en las relaciones con los diversos agentes sociales, parece ser la consecuencia de cambios que se están produciendo en la sociedad, y que generan alteraciones de los papeles que venían desempeñando los profesores; una tensión favorecida por la aparición de prácticas educativas dispersas, y no pocas veces contradictorias, en los diferentes espacios de socialización y de formación. La credibilidad de las escuelas puede deteriorarse por la visible dificultad de establecer acuerdos sobre la multifacética empresa que es la educación. Diseñar la coherencia escolar es una propuesta para la reflexión sobre la posibilidad de reconducir la vida y funciones de los centros escolares, caminando en una dirección que nos acerque al objetivo de una acción educativa más coordinada. En este sentido, los autores explicitan las bases y los procedimientos para que los responsables e interesados en la educación puedan "encontrarse" en un proyecto educativo, guiados por la convivencia democrática, la colegialidad de los profesores y la deliberación entre todos los agentes sociales implicados.