El lector tiene ante sí una auténtica introducción a los profetas a través de los propios textos excelentemente traducidos al lenguaje actual. Como refleja el autor, los profetas “no pretendían que los estudiásemos sino que escuchásemos su voz y la pusiésemos en práctica”. No obstante también hallamos noticias históricas acerca de asuntos tales como el movimiento o formación de los libros proféticos, especialmente pensadas para círculos de lectura bíblica y de catecumenado, así como para todo el que tenga interés por el profetismo de Israel.