En este su primer libro, la vitalidad narrativa de Carlos Fuentes es ya manifiesta. También descuellan algunos temas que han caracterizado su obra, como la presencia del pasado indígena en el relato "Chac Mool" y la pervivencia en "Tlactocatzine, del jardín de Flandes" de algunos fantasmas de la historia nacional. Perpo además hay, en este volumen, otras venas menos familiares de Fuentes: algo de ciencia ficción en "El que inventó la pólvora", algo de delirio tropical y semántico en "La letanía de la orquídea" y mucho de surrealismo en "Por boca de los dioses".