Cuando los judíos de Cafarnaún, contemporáneos de Jesús, se asombraban porque lo que le oían decir en la Sinagoga era ?una doctrina nueva expuesta con autoridad?, estaban constatando que las palabras de Jesús no eran ?palabras vacías? sino que influían en la realidad, eran capaces de alejar las fuerzas del mal y de devolver la plenitud de vida a los que sufrían. Además, la enseñanza de Jesús no es ?nueva? porque rompa con lo que estaba escrito en los libros santos de Israel ni porque se apoye en fundamentos desconocidos hasta entonces. Los oyentes se asombran porque Jesús es capaz de dar vida a palabras ya usadas rejuveneciéndolas, haciéndolas expresar lo que siempre hubieran querido significar. La imagen de novedad que irrumpe en el curso habitual de los acontecimientos del mundo puede ser considerada como la firma de Dios en la Biblia, un Dios que viene a nuestro encuentro para abrirnos horizontes insospechados ya que encontrarse con Él es separarse de las rutinas aburridas para entrar en una dinámica que da vida y renueva. A través de las páginas de este libro y siguiendo los relatos de las Escrituras, descubriremos la significación de la palabra novedad, muy distinta de la que utilizamos comúnmente en nuestras vidas.