Dedicar tiempo a estar en soledad, un tiempo que me reservo de forma consciente como algo positivo y creativo, no es un lujo; se trata de algo esencial. Parece muy sencillo, pero resulta sorprendentemente difícil de lograr sin algún tipo de ayuda externa. Esther de Waal concibe este libro como una serie de reflexiones o etapas que faciliten la realización de un retiro personal, pensando especialmente en aquellos cuyas obligaciones diarias apenas les dejan tiempo para sí mismos. Con este fin, profundiza en valores como la atención, el silencio, la admiración, la gratitud. Sólo si dejamos de estar distraídos comenzaremos a percibir con hondura y gratitud el don de hallarnos inmersos en un mundo de revelación, de asombro, de gozo. O dicho con otras palabras: somos invitados a vencer la ceguera y la insensibilidad, para lograr una mirada más atenta y captar mejor la presencia de Dios y el sentido de la trascendencia en el corazón de las cosas.