Janis Joplin (1943-1970), una de las mejores cantantes blancas de la historia del blues, se convirtió, desde el Monterrey Pop Festival celebrado en junio de 1967, en una leyenda, en un personaje inmortal que poseía ese excepcional inexplicable y cautivador punto de locura que conlleva la genialidad y que hacía posible su desgarradora forma de cantar, de interpretar y de sentir la música. Murió con apenas veintisiete años porque quiso vivir al límite, experimentar todo lo posible y vivir la vida fuera del escenario con la misma intensidad con la que actuaba encima de él. De manera muy acertada se dijo de ella que " no cantaba... Janis sangraba " .