La aparición del cine supuso una verdadera revolución que modificó nuestra mirada. El arte desarrolló un nuevo lenguaje formal y el mundo empezó a representarse como un fenómeno en movimiento constante. En consecuencia, el espectador tuvo que aprender a procesar este novedoso fenómeno visual y el vocabulario iconográfico que traía consigo. El resultado de todo ello fue un verdadero replanteamiento de la arquitectura que marcó las teorías vanguardistas de la época.