La valoración moderna del paisaje castellano ha involucrado la figura del palomar. En este libro el palomar es contemplado como un edificio, dotado de una compleja naturaleza plástica y funcional. Es ante todo una arquitectura popular y secular que nos ofrece el producto de la decantación de una actividad continua. La raíz del palomar es su propia función: lograr el máximo aprovechamiento de las aves en parajes de abundancia cerealista. Es la morada de la paloma en régimen de colonia. Aunque cambien las formas arquitectónicas todo se somete a la necesidad de garantizar a sus inquilinos la alimentación, la temperatura y la seguridad. La llanas tierras arcillosas de Tierra de Campos han facilitado el material predilecto para levantar estas construcciones: el barro.