La historia del rock japonés (o rokku; así lo pronuncian en aquella parte del mundo) es densa y fascinante. Japón cuenta con la segunda industria musical del mundo, sólo por detrás de la estadounidense. Por ello su escena rockera, tanto mainstream como alternativa, es inmensa. Rokku narra la historia del pop-rock japonés en su sentido más amplio: desde el jazz y el rockabilly de los años 50, hasta el indie actual, pasando por el punk, el noise, el pop yeyé y el rock progresivo. La cantidad viene acompañada de la calidad, muchas veces superior a la de los productos anglo-americanos. Descubrir esta riqueza de estilos, álbumes y artistas, es algo equivalente a aterrizar en otro planeta habitado del universo.