La obra sinfónica de Gustav Mahler es maravillosa, pero hay que destacar también su figura como gran compositor de lieder. No sólo los compuso y utilizó sus temas en algunas sinfonías, sino que llegó a incluirlos en ellas. Se suele decir que Mahler es el "inventor" del lied sinfónico, a sabiendas de que esta "definición" es muy relativa, pero útil, porque Mahler, gran director de orquesta, sabía que la música, en su época, había salñido de los salones burgueses y habitaba en los grandes teatros. En este libro se recogen sus lieder en la versión tradicional para voz y piano, aunque hay versión orquestada de muchos de ellos. Los textos de los poemas que los inspiraron figuran en la versión del propio músico, que a menudo modificaba los textos originales, y se publican de acuerdo con la Kritische Gesamtausgabe editada por la Sociedad Internacional Gustav Mahler de Viena. Alma Mahler tenía dotes como compositora y deseos de serlo, pero Gustav le exigió que dejara la música para dedicarse a hacerle feliz, a servirle como esposa, y ella aceptó sus condiciones y le ayudó a alcanzar la gloria. Una década más tarde, al oírle cantar algunos de sus antiguos lieder, él cambió de actitud y le ayudó a darlos a conocer, estrenarlos y publicarlos. La música de Alma no es mahleriana, sino que tiene influencias de Wagner, Brahms y de su profesor Zemlinsky. Su producción es breve pero valiosa, y ocupa un lugar destacado en la rica y compleja vida de esta mujer de extraordinarias cualidades y experiencias.