Cuando mamá acaba tarde de trabajar, al salir de la guardería Marta va a casa del abuelo Francisco, el vecino del piso de al lado. En realidad, a Marta le cae bien el abuelo Francisco, pero últimamente se le arrima demasiado cuando tocan el piano y le da besitos muy mojados. Marta no sabe cómo decírselo a mamá. Un día se pone enferma y le explica por fin a mamá que ya no quiere ir a casa del abuelo Francisco. Mamá no se enfada en absoluto, y Marta ya no tiene que volver a casa del vecino. Un libro para ayudar a niñas y niños a poner límites y a decir que no.