El libro de los Salmos es un libro de oración en el que, quien se sumerge en él, no queda indiferente, ya que el creyente se percibe a sí mismo. Es evidente un diálogo íntimo con Dios, sobre todo cuando se siente identificado con experiencias cotidianas de alegría, tristeza, esperanza y desesperanza, de aliento y desaliento, de debilidad y fortaleza, de vicios y virtudes... Los Salmos no solo nos educan, sino que amplían nuestras experiencias creyentes y personales con Dios, haciéndolo a través de las imágenes y símbolos que nos transmite el orante, haciéndonos entrar en sintonía con lo sagrado. La búsqueda de esta sintonía en nuestra vida cada día supone un reto, porque nos maravilla y al mismo tiempo nos desborda. Todos vivimos la vida, o por lo menos eso intentamos, pero no podemos vivirla de cualquier manera, sino que queremos vivirla con dicha, a pesar de las circunstancias que se presenten.