Con esta obra se quiere llenar un vacío en cuanto a la figura de Federico Maciñeira, uno de los hombres más cultos y entregados que ha tenido la comarca de Ortigueira desde finales del siglo xix hasta bien entrado el primer tercio del siglo xx. En Maciñeira se dan los rasgos del humanista preocupado tanto por el pasado como por el futuro de su sociedad, que creía que todo el bagaje cultural de Galicia debería ser transmitido a las nuevas generaciones a través de la escuela. Por ello, siempre se le va a encontrar impulsando la creación de nuevas escuelas nacionales, a las que tratará de brindar todos aquellos recursos que precisen, y, a la vez, estimulando el buen hacer de los emigrantes para que se incorporen a esta tarea a través de sus sociedades de instrucción con las que fundaron sus escuelas privadas en todos los ayuntamientos de la zona (Cedeira, Ortigueira, Mañón y As Pontes). Su proceder humanista está lejos de ser sólo político, y como hombre entregado a las causas sociales, él va a actuar en la práctica poniendo en marcha las más diversas iniciativas e incorporándose a otras inspiradas por sus coetáneos, como pueden ser los concursos de ganado, el desarrollo del transporte de viajeros por carretera, las promociones de la fiestas del nido o de los árboles, o su tan esperado tren del Ferrocarril de la Costa.