La sociedad española a finales de 1987 presenta graves problemas que dividen a las fuerzas políticas y que crean incertidumbre en el seno de la sociedad española: nuestra propia democracia parece funcionar de forma muy discutible, somos miembros de la Alianza Atlántica pero, muy a menudo, damos la sensación de ser socios díscolos, hemos entrado en la Europa económica pero es dudoso que seamos lo suficientemente competitivos en ella, no hemos encontrado todavía una organización del Estado que sea verdaderamente funcional, etc. Todas estas cuestiones y muchas más son tratadas en estas páginas desde una perspectiva que intenta ser positiva de iniciación a la acción. En la España de finales de 1987 hay todavía muchas reformas imprescindibles y muchas rectificaciones del rumbo político necesarias. A la reflexión sobre ellas van dirigidas estas páginas que esperamos encuentren eco entre el público lector y los comentaristas políticos.