Entre finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, Brasil estaba experimentado una época de cambios que Glauber Rocha resumió así: " Se hablaba de reforma agraria; se producía una revolución en el teatro, el concretismo agitaba la literatura y las artes plásticas, en arquitectura la ciudad de Brasilia evidenciaba que la inteligencia del país no se había paralizado. ¿Y el cine? " . En esta atmósfera, donde sólo parecía existir espacio para lo nuevo, Glauber Rocha (Vitória da Conquista, Brasil, 1939-Rio de Janiero, 1981) con tan solo diecisiete años crea una empresa llamada Sociedad Cooperativa de Cultura Cinematográfica Yemanjá, desde donde inicia su carrera con películas como «O pátio» (1958-1959), «Barrovento» (1961), o «Deus e o diabo na terra do sol» (1963), hasta su última «A idade da terra» (1980), que provocó una de las polémicas más apasionadas de la historia del cine latinoamericano.