Que la competencia favorece el desarrollo de la economía es ya un lugar común. La competencia actúa de acicate para que los operadores en el mercado desarrollen su espíritu de iniciativa, la innovación y el progreso técnico y económico. Además, contribuye a aumentar la eficacia del proceso económico, al asegurar de un modo estable el reparto más racional de los factores de producción. En última instancia, los consumidores dispondrán de mejores productos a precios más competitivos.