El estudio de Penyagolosa y los análisis históricos, contemporáneos y multidisciplinares que aportan los expertos, académicos y técnicos en esta obra, enriquecen e identifican el carácter de este paisaje cultural, rural y vernáculo mediterráneo en base a las creencias, los simbolismos, la humildad, la honestidad, la sinceridad, el culto y como todo esto queda reflejado en el paisaje a través de valores materiales e inmateriales. Estos valores son el resultado de un entorno geográfico, humano y cultural, único e inigualable, representativo de un área geográfica frágil, los usos y costumbres de la cual se han visto determinados por la orografía y el tiempo. Así, Penyagolosa, entendido como un paisaje rural de alta y media montaña del interior de Castellón, acontece el espacio físico y cultural en el cual todavía hoy existen evidencias de formas de vida pretérita cómo son construcciones, caminos medievales de comercio, comunicación y peregrinación Un paisaje que se podría denominar de necesidad y fe propio de la cultura de los siglos XIII y XIV del arco mediterráneo y que en la actualidad se encuentra en fase de evolución, transformación, adaptación y reconstrucción. La sociedad que lo habita ahora es de vital importancia para la proyección de Penyagolosa hacia el futuro.