El presente trabajo edita las 1231 glosas que se encuentran en los códices altomedievales procedentes del Monasterio de San Millán de la Cogolla, excluidas las que se hallan en el célebre Códice 60. El estudio pone de relieve una mayor presencia de las glosas en los libros espirituales que en los litúrgicos, sitúa el apogeo de la producción glosística en el siglo XI y demuestra la extraordinaria dependencia que estas glosas tienen respecto de los glosarios emilianenses 24, 31 y 46. En su conjunto, estos documentos constituyen la fuente fundamental para un mejor conocimiento de los orígenes de nuestro idioma.