El principio esperanza, la inigualable obra de Ernst Bloch, fue escrito entre 1938 y 1947, durante el exilio del filósofo en los Estados Unidos de América, y luego reelaborado tras su retorno a Alemania. Constituye indiscutiblemente uno de los legados filosóficos mayores del siglo xx. Partiendo de la consideración de la utopía como una función esencial del ser humano, Bloch lleva a cabo un apasionado recorrido por sus diferentes manifestaciones, hasta tal punto que la obra ha podido ser calificada de auténtica «enciclopedia de las utopías». En este libro torrencial, escrito en el peculiar y exigente estilo del autor que hunde sus raíces en el romanticismo y el expresionismo alemanes se encuentran pensamientos fundamentales para entender el arte, la sociedad, la política y la religión en el mundo contemporáneo. Bloch reflexiona sobre la dimensión utópica del ser humano en conexión con la filosofía marxista, pero el alcance de su indagación va mucho más allá de cualquier ortodoxia ideológica para convertirse en una honda investigación sobre los aspectos esenciales de la frágil existencia humana. Este tercer volumen de la obra está dedicado a las que Bloch llama «imágenes desiderativas del instante colmado», que él explora en distintos ámbitos y figuras (Fausto y Don Quijote como paradigmas del «franqueamiento de fronteras», la música, las imágenes de la esperanza contra la muerte, la religión), para terminar justamente en lo inacabado, pues «la verdadera génesis no se encuentra al principio, sino al final».