Conocido generalmente por su obra magna El maestro y margarita, de Mijaíl Bulgákov pocos saben que durante su primera juventud fue médico de provincias, destinado a regiones rusas entonces y tal vez hoy de lo que por lo general se conoce como Ucrania; menos aún se sabe que, mientras todavía ejercía la medicina, Bulgákov fue drogadicto, consumidor habitual de morfina. Recreación literaria de aquellos días son sus Relatos de un joven médico, entre los que se encuentra Morfina, en el que el joven doctor Poliakov deja constancia escrita, en forma de diario, de las distintas fases de la adicción.