Muchos inocentes murieron en la retaguardia durante la guerra civil española y tras la victoria de las tropas nacionales, las muertes no cesaron hasta finales de los años cuarenta en un goteo interminable. El régimen franquista no facilitó la publicación de los nombres ni de las sentencias salvo en dos grandes procesos: el de los militantes de las JSU, en el que fueron condenados a muerte muchos jóvenes comunistas acusados de delitos menores, y el proceso contra los principales jefes de la Checa de Bellas Artes y Fomento. Después, los periódicos mantuvieron a la sociedad ignorante, con pocas excepciones y siempre en casos de bandolerismo o atracos, de que se celebraban miles de juicios; que algunas de las penas que se imponían eran de muerte y que en las tapias del cementerio de La Almudena se seguía fusilando muchas madrugadas. El presente libro es fruto de una paciente y minuciosa investigación llevada a cabo por su autor, en la que ha constatado que las ejecuciones de posguerra eran una terrible realidad inscrita en los libros de enterramientos del cementerio madrileño: fueron miles los fusilados por el franquismo. Por primera vez se detallan los hechos por los que aquellas personas fueron juzgadas y condenadas, y se analizan los expedientes penitenciarios y los certificados de defunción, hasta llegar a un listado inédito con el nombre de los ejecutados y sus datos básicos.