Valeria, aficionada a la pintura, acude a la exposición de un afamado pintor español de cuyos cuadros ha copiado láminas en clase de pintura. Es la primera vez que expone en San Juan, Argentina. Hay mucha gente en la sala y Valeria se queda extasiada ante un cuadro que le causa extrañeza. El pintor observa a aquella joven ante una de sus obras que no es la preferida del público y quiere saber qué llama su atención; se acerca a Valeria y cambia unas palabras con ella; ante las interrupciones de los asistentes a la exposición, la invita a visitar su improvisado taller de pintura para seguir la conversación y, al mismo tiempo, hacerle un retrato. Valeria no podía imaginar que aquel retrato iba a cambiar totalmente su vida.