El hecho de que todos los seres tienen el potencial para la Iluminación es uno de los principios más inspiradores e igualitarios del budismo mahayana. Dicho potencial está estrechamente relacionado con la naturaleza fundamental de la mente de cada ser. Ese hecho es el que estable la posibilidad de alcanzar el beneficio perfecto, tanto para uno mismo como para los demás, que la Iluminación ofrece.