Siglo XVI. Luis, un joven adolescente de Trujillo (Cáceres), adora a su abuelo al que compara con un viejo y robusto chopo. Escucha con interés las historias que le cuenta vividas allá en las Indias a las órdenes de Hernán Cortés durante la conquista del Imperio Azteca. Sin darse cuenta siembra en el muchacho la semilla, el ansia de aventuras. Luis es muy amigo de sus amigos pero el que se la hace, la paga. En Trujillo, un pueblo cerrado, el tiempo pasa demasiado lento para sus ansias de aventuras. Se habla del paisano Francisco Pizarro que vendrá a reclutar gente para emprender la conquista de un nuevo Imperio. Nuestro protagonista sueña con ese momento. Hernando de Soto, coetáneo de Pizarro, también extremeño, tiene en todo lo que fue la conquista, un papel importante que no ha sido reconocido. Todo el libro es una apasionante aventura en el que se teje la historia y la fi cción. Hay amor, pasiones, odio, traiciones
En una parte de la historia, como fue la Conquista de América, con tantas luces y sombras, es difícil ser imparcial. La autora nos lleva por vericuetos y arrastra al lector para que juzgue por sí mismo.