El primer libro bíblico es el Génesis, un libro fundamental, primero de los cinco que según la tradición fue revelado a Moisés mientras estaba en el desierto con el pueblo de Israel camino de la tierra prometida. Fabre d'Olivet intentó realizar una traducción correcta. Durante su vida se dedicó a estudiar la palabra y llegó a conocer casi todas las lenguas de Europa. Son, además, importantísimos sus estudios sobre el griego, el caldeo, el sirio y el chino, y la comparación del hebreo con el samaritano. Escogió el hebreo, de entre el chino y el sánscrito, y profundizó en él, llegando a la conclusión de que este idioma, estando formado en sus orígenes por concepciones intelectuales, metafóricas y universales, evolucionó insensiblemente hacia sus elementos más groseros, circunscribiéndose a expresiones materiales específicas y particulares. Mostró como y en que época se perdió totalmente. Y restableció la lengua perdida en sus principios originales. La presente obra es una traducción correcta de Fabre d´Olivet de los diez primeros capítulos del Génesis a partir del original hebreo.