Los cuentos gaditanos de Pedro Ibáñez-Pacheco se circunscriben a una corriente costumbrista de la literatura, que hasta el propio escritor nos recalca en un poema introductorio dedicado al lector. Ibáñez se vende como un mero transcriptor de los ecos, sucedidos y dichos que el pueblo ha ido diciendo a lo largo del tiempo. Pero esto es algo más que una mera transcripción de las leyendas de la tierra gaditana; en ellos el autor añade de su cosecha opiniones, personajes y favoritismos donde nos damos cuenta de su evidente impronta y carácter reflejado en personajes y situaciones. Los cuentos están narrados en verso, en forma de romances de fácil lectura, donde se nos traslada a una época llena de curiosos personajes y situaciones que rozan la inverosimilitud.