Desde las primeras votaciones democráticas a la guerra de Iraq o el trágico atentado terrorista del 11-M en Madrid ha habido muchos momentos clave que han condicionado la evolución histórica de los últimos treinta años en España, y el cine no ha permanecido ajeno a esta realidad cotidiana. Más bien al contrario, la política cinematográfica, la industria y sus profesionales y la propia producción fílmica se han erigido también en un testimonio de excepción —algunas veces de forma directa y voluntaria— de la realidad que se ha vivido en nuestro país desde el final de la dictadura.