Louise May Alcott tuvo una educación progresista, opuesta al puritanismo de la época. La ruina económica de su familia la obligó a trabajar desde muy joven en el servicio doméstico. Eso la animó a escribir para vivir de ello. En 1868 publicó Mujercitas, que le proporcionó fama y dinero. Escribió otras novelas juveniles, con fines educativos para promover el respeto a la libertad individual así como el amor al prójimo.