"Yo me figuro tener algo de ese goticismo del autor medieval que necesita para sus obras un horizonte abierto, muchas figuras y mucha libertad para satisfacer su aspiración vaga hacia lo ilimitado", dice Baroja. Este deseo se cumple en Memorias de un hombre de acción, un ciclo de 22 novelas históricas que publica entre 1913 y 1935. Este ensayo realiza una lectura de la serie.