La paz esta es el corazón de todas las aspiraciones humanas. Cada niño que viene al mundo trae un mensaje de paz. Sin embargo, en Colombia, varias generaciones de niños solo han vivido la guerra, el odio y la desolación. Tampoco ahora se puede estar gestando una paz cuando un silencio atronador enmascara el hecho de que, por obra de las fuerzas de seguridad y los paramilitares, las desapariciones forzadas han aumentado en un 100% estos últimos años
que más de 1500 personas han sido asesinadas por esos paramilitares desde el inicio, en noviembre 2002, del proceso de paz que está negociando con el gobierno. Y que más de 170 sindicalistas han sido ejecutados desde la llegada al poder del presidente antiterrorista Álvaro Uribe
Al efectuar una inmersión en el corazón de lo incomprensible el testimonio de Maribel Wolf reconoce la validez de la vida de todos los que han luchado y vivido un mundo más allá de esa desolación que pareciera ser la herencia de los niños colombianos. A través de su experiencia vivida, desde 1980 cuando llegó a Colombia por primera vez para realizar una investigación sobre los niños abandonados entregados en adopción en Francia, la autora afirma que los desaparecidos, entre los que se encuentran varios de sus amigos, no han muerto, que siguen buscando la verdadera paz que se construye a través de cambios profundos del poder autoritario económico y social que fue el origen de la guerra, aunque todavía no se estén dando. Para recordar esa necesidad ineludible los desaparecidos regresan siempre en primavera. Maribel Wolf es directora del departamento de relaciones internacionales en la ONG francesa Terre des Hommes y delegada en el ECOSOC Consejo económico y social de las Naciones Unidas desde 1987.