Ni fábrica de precarios, ni escuela de elites. En esta doble negación se encuentra contenida buena parte de la problemática referida a la crisis actual de la universidad pública. Esta crisis es, a la vez, una crisis financiera, institucional y de su tradicional función hegemónica. La transición de la universidad de masas a la universidad-empresa ha abierto un ciclo de conflictividad estudiantil transnacional sin precedentes desde los movimientos estudiantiles del 68. Esta transición está creando unas oportunidades políticas inéditas. Asistimos también a un feliz renacimiento, el del despertar de la crítica de la institución universitaria al calor de las movilizaciones estudiantiles que han actuado como reveladoras de las profundas mutaciones de la universidad, de la subjetividad estudiantil y del trabajo intelectual. *** Carlos Sevilla (Madrid, 1981) ha participado en los movimientos estudiantiles contra el informe Bricall (2000), la Ley Orgánica de Universidades (2001), la guerra de Iraq (2003) y el proceso de Bolonia (2006). Ha realizado análisis críticos de las reformas universitarias en curso y de la nueva subjetividad estudiantil en dos obras de las que es coautor, urouniversidad. Mito y realidad del proceso de Bolonia (Icaria, 2006) y el prólogo a De la miseria estudiantil (El Viejo Topo, 2008). Es autor de numerosos artículos en periódicos y revistas como Diagonal, Foro interno. Anuario de Teoría Política, Rebelión, Corriente Alterna, La Literatura del Pobre, Erre o Viento Sur, revista de la que forma parte de la redacción.