Este volumen consta de dos libros: el primero consagrado a Egipto, Asiria, Fenicia y los demás pueblos del Asia cuyas artes tuvieron algún contacto con las artes helénicas. El segundo libro está dedicado a Grecia y Roma, es bastante más extenso que el primero ya que se le concede a Grecia el privilegiado y amplio lugar que en la historia de la plástica le corresponde.